¿Cómo protegerte del burnout?

Compartimos una investigación de Tania Singer (Directora del instituto Max Planck en Leipzig) del año 2007, donde afirma que para evitar llegar al burnout, la práctica de la atención plena y la compasión son claves. Sabemos que el Burn Out afecta especialmente a personal de la salud, que se enfrentan en su trabajo diario con el sufrimiento de las personas.
En el estudio Tania comparó la empatía, entendida como la capacidad de sentir al otro desde el interior, que surge de manera natural, cuando entramos en resonancia con la situación y emoción de otra persona; con la compasión, definida como la motivación altruista de intervenir en favor de quien sufre, con una toma de conciencia de quien sufre, unida al deseo y motivación de hacer algo para aliviarlo.
Metodología
Empleaba una IRMf (imagen por resonancia magnética funcional) para seguir los cambios del cerebro en tiempo real mientras un grupo realizaba meditaciones. La meditación sobre la empatía terminaba generando burnout, no así en prácticas de compasión.
Armó dos grupos; uno meditó una semana sobre amor y compasión; mientras que el otro grupo sólo practicaba empatía. El circuito neuronal de la empatía es similar a las emociones de malestar. Los cambios observados también se reflejaron en áreas del cerebro como la ínsula anterior y el córtex cingulado anterior asociado a la empatía.
El grupo que meditaba en compasión y benevolencia percibe de manera más positiva los estímulos de dolor, es decir que reaccionan ante él con estados mentales constructivos como valor, amor maternal y determinación de ayudar.
El amor altruista crea en nosotros un espacio positivo que sirve de antídoto contra el desamparo empático.
La investigación demostró que la empatía y la compasión reposan en bases neurales distintas que se corresponden con estados mentales distintos.
El amor y la compasión surgidas de la práctica meditativa, no generaban fatiga ni desgaste, al contrario, se asocia a una emoción motivadora de ayudar desde el amor a superar y reparar lo que aparece. Así se siente fuerza ánimo y deseo de ayudar a otro.
Ayudar a otros desencadenó actividad en el núcleo caudado y el cínvulado anterior, partes del cerebro que se encienden cuando las personas reciben recompensas o experimentan placer. Este es un hallazgo bastante notable: ayudar a los demás trae el mismo placer que obtenemos de la gratificación del deseo personal.
Extraído del libro. Matthieu Richard (2013) . “En defensa del Altruismo. El poder de la bondad” Editorial Urano